Yayoi Kusama, nacida en 1929 en Japón, es una artista de fama mundial conocida por sus obras que abarcan los movimientos artísticos del expresionismo abstracto y precursor del minimalismo, antes de transformarse en arte pop. Ha trabajado en pintura, fotografía, instalación y performance.

La repetición, los lunares, los símbolos fálicos, las calabazas, las setas, los espejos y las superficies reflectantes forman parte de sus obras.

Yayoi Kusama sufría alucinaciones en su infancia en las que un patrón se apoderaba de su visión, y pintaba lo que veía. La artista explicó, «Un día estaba mirando los dibujos de flores rojas del mantel de la mesa, y cuando miré hacia arriba, vi el mismo dibujo cubriendo el techo, las ventanas y las paredes, y toda la habitación, mi cuerpo y el universo. Sentí como si hubiera empezado a girar en la infinidad del tiempo sin fin y la absolutez del espacio y a reducirme a la nada». Esta fue la influencia para los puntos y los patrones repetitivos en su obra.

La ansiedad personal también es un tema en la obra de Yayoi, incluido el miedo al sexo, que según ella se debe a la observación de su padre, que era mujeriego. Fue criada por una madre infeliz que la maltrataba física y mentalmente.

Fue diagnosticada de trastorno obsesivo compulsivo, se internó en una institución mental, donde sigue viviendo.

El Museo Yayoi Kusama es de los más visitados de Tokio, situado en un pequeño edificio cubierto de lunares, alberga una colección de obras de la artista.

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