Kathrin Barboza Márquez nació en 1983 y creció en Cochabamba, Bolivia. Es una bióloga, investigadora experta en murciélagos.

Su primer encuentro con los murciélagos fue por un profesor. Realizó un curso de bioacústica con la científica alemana Elisabeth Kalko y fue conociendo más a estos animales, de los que hay mil doscientas especies en el mundo.

En 2006, Barboza y una colega, Aideé Vargas, redescubrieron una especie pensada extinta en Bolivia hace 72 años. La especie, conocida como el murciélago boliviano nariz de espada (Lonchorhina aurita) está ahora protegida.

Tras ese redescubrimiento, el murciélago entró en la lista de especies en peligro y se creó el primer santuario natural que protege a estos animales en Latinoamérica.

Kathrin Barboza tenía solo veintitrés años. Los murciélagos o quirópteros, son su vida, desde entonces.

En 2007, tras el hallazgo en la cueva, Kathrin ganó una beca y partió a estudiar a los murciélagos en la isla de Barro Colorado. Poco después ganó más fondos con la beca Jóvenes Exploradores otorgada por la National Geographic. Siguió investigando a los quirópteros y documentó una biblioteca con sus sonidos y su ecolocalización.

Desde 2010, Barboza ha viajado a muchos países y enseñado sobre la bioacústica de murciélagos y sus beneficios a la sociedad.

En 2012 fue premiada con el L’Oreal-Unesco para Mujeres en la Ciencia y en 2013 la BBC la incluyó en su listado de las diez científicas más importantes de América Latina.

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