Fue escrito en 1936 por el entonces mayor del ejército argentino Juan Domingo Perón. El mérito particular de este glosario consiste justamente en la condición del autor, que de la Patagonia no fue ya un observador fugaz, sino un morador normal en su primera edad, que conoce a fondo todos sus secretos, sus condiciones geográficas y climáticas y sus hombres. La estancia paterna de la Sierra Cuadrada, donde vivió largos años, fue para él un excelente puesto de observación. Volvió luego de recorrer la Patagonia siendo Mayor del Ejército, en ocasión de un reconocimiento militar. Allí, en la misma Patagonia, el autor auscultó diariamente la pronunciación de los hablantes nativos y registró el significado de cada palabra o frase, solicitando a los muchos indígenas que frecuentaban su propia casa de informaciones más directas sobre costumbres y modismos. Este libro de gran valor, editado en un principio por el Ministerio de Agricultura en forma periódica fue reeditado en varias oportunidades a lo largo de las décadas.

Esta faceta del General Perón, resulta muy poco conocida

El sur argentino era una de las preocupaciones del General Perón que deseaba protegerlo de posibles invasiones extranjeras. Y las invasiones que más le preocupaban eran las intercontinentales.

Su diccionario bilingüe fue su aporte en la intención de conservar las lenguas nativas de nuestros pueblos indígenas patagónicos y hacerlas conocidas al resto de los argentinos que bajaban a poblar el sur.

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