Su autor, François de Salignac de la Mothe Fénelon, fue un escritor y clérigo francés del siglo XVI (1651-1715), un intelectual célebre en la Francia de su tiempo.

Esta historia no fue del agrado del rey Luis XIV, que decidió desterrar al clérigo a su diócesis, en el obispado de Cambrai. Allí pasó el buen hombre, exceptuando algunas salidas temporales, todo lo que le quedaba de vida.

Básicamente, la novela transmitía críticas hirientes a su persona, y se juzgaba su tendencia a las guerras y a diezmar al campesinado con impuestos que conducían a la hambruna. Era una novela en la que Fénelon no solo intentaba educar moralmente a su pupilo, sino que también satirizaba la figura de su padre, el rey. Se entiende, pues, que a este no le gustara.

Si Las aventuras de Telémaco le acarreó a su autor el destierro y el repudio del rey, por otra parte, hizo de él un escritor célebre: el libro obtuvo muchísimo éxito. Fénelon recibió grandes halagos por parte de Montesquieu, y su libro contó con grandes lectores como Jean-Jacques Rousseau, Thomas Jefferson y el romántico alemán Johann Gottfried Herder.

La obra se inspira en la Odisea de Homero. Al igual que esta, se divide en 24 libros (o cantos). Narra las aventuras de Telémaco, hijo de Ulises, quien, inspirado por el amor filial y el de la patria, se expone a los peligros de un largo viaje con el objeto de encontrar a su padre, a quien echaba de menos tras una larga ausencia.

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