La peste se extendió por toda Europa en la Edad Media. Venecia fue uno de los focos principales de la infección y desde entonces, la máscara en forma de ave es un clásico del carnaval veneciano.

En los siglos XVII y XVIII, algunos doctores utilizaban máscaras que parecían picos de aves, diseñadas para protegerlos del aire podrido, considerado como la causa de la infección.

El atuendo incluía unos ojos de cristal para proteger los globos oculares, un sombrero de ala ancha y un enorme abrigo de cuero encerado que llegaba hasta los tobillos. La nariz era de medio pie de longitud, con la forma de un pico, rellena de perfume con dos agujeros, próximos a los orificios nasales, para respirar las drogas contenidas en el extremo del pico.

La primera epidemia de la peste bubónica tuvo lugar a mediados de los años 500, conocida como la Plaga de Justiniano. El atuendo especial, conocido como "Il Dottore della Peste" (El doctor de la peste), fue diseñado por Charles de Lorme en 1630, y utilizado por primera vez en París.

En 1348, se desencadenó en Génova una epidemia de peste, que se fue extendiendo al resto del continente. La enfermedad se caracterizaba, por fuertes dolores de cabeza, vómitos y fiebres muy altas que provocaban debilidad y abatimiento en el paciente. Aparecían en la piel los “bubos”, de ahí el nombre de “peste bubónica”, que eran ganglios linfáticos inflamados, que se volvían negros por las hemorragias internas, lo que hizo que se llame también “peste negra”.

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