¿Quién construyó el laberinto en Creta?
En la mitología griega Dédalo sobresalió, pues era un arquitecto y artesano con bastante creatividad que al ser combinada con su habilidad de diseñador logró sorprendentes construcciones. Una de ellas que le mereció la trascendencia y un lugar en la historia fue el Laberinto. Este peculiar edificio contaba con incontables pasillos y pasadizos sinuosos, puertas que, abriéndose unas a otras, parecían no tener principio ni final.
El laberinto fue mandado construir por el rey Minos, en Creta. Esta construcción se convertiría en una prisión para el Minotauro, hijo de la reina Pasífae (esposa de Minos) y un toro, el mejor del ganado de este rey. Poseidón se había irritado con el monarca por no cumplir la promesa de sacrificarle el mejor de sus toros y, en consecuencia, provocó que Pasífae se enamorara del animal.
La reina pidió a Dédalo que la ayudase a satisfacer sus deseos carnales; así el artesano construyó una vaca hueca de madera donde se ubicó Pasífae en posición supina. El Toro, siguiendo su instinto animal, embarazó a la reina, quien nueve meses después dio a luz al Minotauro, un ser mitad humano, mitad toro, a quien se llamó; Asterión.
Por orden de Minos, Dédalo construyó el laberinto para encerrar al monstruo. De este modo nadie conocería al minotauro. Y en caso de que alguien penetrará al laberinto se convertiría en alimento de Minotauro.
Durante muchos años, hombres y mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia.
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