El basalto es la roca ígnea extrusiva más común del planeta, es de composición química máfica o básica, es decir que tiene entre el 45% al 52% de sílice (SiO2), su textura principal es afanítica y mineralógicamente se compone de plagioclasas ricas en calcio, anfíboles, piroxenos y olivino.

El basalto es una de las rocas más abundantes de la superficie terrestre. La mayor parte se encuentra en bastas extensiones del fondo oceánico. También se encuentra en la Luna, en Marte y en algunos meteoritos. En exposición aérea tiende a meteorizarse. El basalto de buena calidad es usado en construcción. En polvo se utiliza como enriquecedor de suelos agrícolas.

En el ámbito científico existen opiniones contrapuestas respecto al origen del basalto. Esto tiene que ver con que, si en estado de magma es primario, es decir que se originaría directamente de la fusión de rocas o si deriva de otro tipo de magma más máfico.

Existen diversas rocas que comparten varios elementos comunes que permiten, mediante su fusión directa o su fusión y posterior refinamiento, produzcan magma basáltico. Entre estos elementos se encuentran: la peridotita, la piroxenita, la hornblendita, el basalto mismo y otras rocas procedentes de basaltos metamorfoseados, como la anfibolita y la eclogita.

La humanidad ha utilizado esta roca ígnea como material de construcción por parte de muchas culturas, Podemos destacar a los Olmecas de México, el Antiguo Egipto, y el pueblo rapanui, en la Isla de Pascua.

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