La oncocercosis también llamada "ceguera de los ríos", es una enfermedad parasitaria crónica causada por un gusano nematodo llamado Onchocerca volvulus y transmitida por varias especies de moscas negras. Fue descubierta por el médico guatemalteco Rodolfo Robles Valverde en 1915.

La infestación parasitaria ocasiona lesiones potencialmente severas en la piel y los ojos y ha llegado a ser la segunda razón más importante de ceguera en el mundo.

Los síntomas que produce este parásito pueden ser cutáneos, con diversos tipos de síntomas en la piel, desde el picor hasta la alteración de la coloración, la elasticidad y el grosor de la piel.

La aparición de bultos nodulares es otra manifestación común. Pero es sin duda la posibilidad de que el gusano afecte al ojo lo más preocupante, puesto que puede producir ceguera irreversible en las personas afectadas.

El tratamiento se realiza con ivermectina durante períodos prolongados, hasta que el paciente se quede sin síntomas. A veces, los médicos también tratan la oncocercosis con doxiciclina (un antibiótico), administrado durante 6 semanas.

Los programas de erradicación con administración masiva de ivermectina podrían permitir la desaparición completa de la enfermedad en un futuro, puesto que el hombre es el único huésped de este parásito.

Alrededor del 99 % de los casos de oncocercosis ocurren en África. Esta enfermedad es actualmente endémica en 30 países africanos, en Yemen y en algunas zonas de América del Sur.

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