La primera beluga fue descrita inicialmente por Peter Simon Pallas en 1776.​ Es un miembro de la familia Monodontidae, la cual forma parte de las ballenas dentadas (suborden Odontoceti).

Según las primeras investigaciones se estimaba que la esperanza de vida de una beluga apenas supera los treinta años.​ El método para calcular la edad se basaba en el conteo de las capas sucesivas de dentina y cemento que se depositan periódicamente, según se creía, entre una y dos veces por año.

La especie presenta un dimorfismo sexual moderado; los machos son más largos que las hembras en un 25% y son más robustos.​ Los machos adultos miden entre 3,5 y 5,5 metros de longitud, mientras las hembras crecen entre los 3 y 4,1 metros. Los machos pesan entre 1100 y 1600 kg y las hembras tienen entre 700 y 1200 kg.​ Ambos sexos alcanzan el tamaño máximo a los diez años de edad. El cuerpo de las belugas es robusto y fusiforme (forma de cono con la punta hacia atrás), y con frecuencia tienen pliegues de grasa, especialmente a lo largo de la superficie ventral.

Las hembras generalmente tienen crías cada dos a tres años.​ La mayoría de los apareamientos ocurren entre febrero y mayo, pero algunos pueden ocurrir en otras épocas del año.​ La beluga habita en toda la circunferencia del océano Ártico y los mares y costas adyacentes.​ Durante el verano se ubica principalmente en aguas de baja profundidad en las costas de Alaska, norte de Canadá, oeste de Groenlandia y norte de Rusia.​

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