Movilización militar es la movilización de recursos disponibles (humanos, militares, industriales, agrícolas, naturales, tecnológicos, científicos, o de cualquier otro tipo) para que un país consiga su máxima capacidad militar. Puede ser parcial o total según la intensidad del conflicto.

Algunas de las medidas típicas que aplican las naciones son: llamar a los reservistas a filas, hacer leva (reclutamiento obligatorio) de ciudadanos, militarización de la producción industrial, aplicar el código de justicia militar, entre otras.

Una serie de cambios tecnológicos y sociales promovieron el paso a una forma de despliegue más organizada. Entre ellos se encontraban el telégrafo, que permitía una comunicación rápida, los ferrocarriles, que facilitaban un rápido movimiento y concentración de las tropas, y el reclutamiento, que proporcionaba una reserva de soldados entrenados en caso de guerra.

En la Primera Guerra Mundial se movilizaron aproximadamente 66 millones de soldados (44 Aliados y 22 de los Imperios Centrales). Por su parte, en la Segunda Guerra Mundial se movilizaron aproximadamente 84 millones de soldados.

Al final de una guerra se procede a la desmovilización para volver a una economía civil.

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