Las vacunas son aquellas preparaciones (producidas con toxoides, bacterias, virus atenuados, muertos o realizadas por ingeniería genética y otras tecnologías) que se administran a las personas para generar inmunidad activa y duradera contra una enfermedad estimulando la producción de defensas.

Cuando se administra una vacuna el sistema inmunológico reconoce el antígeno, interpreta que se trata de la enfermedad y produce anticuerpos (defensas) contra esta.

Por eso si la persona entra en contacto con el microorganismo contra el cual fue vacunada en algún momento de su vida, las defensas generadas gracias a la vacuna se encargan de protegerla para evitar la enfermedad o que esta sea leve.

La inmunidad generalizada debido a la vacunación es en gran parte responsable de la erradicación mundial de la viruela y la restricción de enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y el tétanos en la mayor parte del mundo.

Los términos «vacuna» y «vacunación» derivan de «variolae vaccinae» («viruela de la vaca»), término acuñado por Edward Jenner para denotar la viruela bovina. Lo utilizó en 1798 en su obra «Una investigación sobre las causas y los efectos de las variolae vaccinae (viruela bovina)», en la que describió el efecto protector de la viruela bovina contra la viruela humana.​

En 1881, en honor a Jenner, Louis Pasteur propuso que los términos deben ampliarse para cubrir las nuevas inoculaciones de protección que entonces se estaban desarrollando.

Más información: www.huesped.org.ar