Los gimnofiones o cecilias (Siphonops annulatus) son anfibios sin extremidades que, a simple vista, pueden confundirse fácilmente con serpientes.

Se acaba de descubrir una nueva estructura compartida con éstas.

Se trata de unas glándulas especializadas encontradas a lo largo de los dientes de la cecilia anillada cuyo origen biológico y función sea posiblemente similar a las glándulas venenosas de serpientes.

Si dichas glándulas contienen veneno, las cecilias pueden representar el animal vertebrado terrestre más antiguo en desarrollar este tipo de glándulas de veneno oral.

Los cecilias son criaturas peculiares: casi ciegas, usan una combinación de tentáculos faciales y limo para navegar por sus túneles subterráneos.

Producen dos tipos de secreciones: una, secretada principalmente por la cola, es venenosa y otra, en la cabeza, producen un moco que les ayuda a abrirse paso por tierra.

Pueden usar las secreciones de estas glándulas orales igual que lo hacen las serpientes: para incapacitar a su presa.

Las serpientes tienen pocas glándulas con un gran banco de veneno; la cecilia anillada tiene muchas glándulas pequeñas con pequeñas cantidades de líquido.

Quizás las cecilias representan la forma más primitiva de evolución de las glándulas venenosas. Las serpientes aparecieron en el Cretácico probablemente hace 100 millones de años, pero las caecilias son mucho más primitivas, tienen aproximadamente 250 millones de años.

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