Las mujeres de consuelo o “mujeres confort” son un grupo de mujeres, procedentes de China, Filipinas, Myanmar, Taiwán, Indonesia, Tailandia, Malasia, Vietnam y Corea del Sur (un 80% de este último país), violadas y abusadas desde los tiempos de la expansión de Japón comenzada en 1910.

Los soldados japoneses se llevaron aproximadamente entre 70.000 y 200.000 mujeres a estaciones de confort donde abusaban sexualmente de ellas. Estas estaciones siguieron en marcha en Japón hasta finales de los años 40. Según los testimonios de las mujeres supervivientes, los soldados japoneses se las llevaban de diversas formas: secuestro, engaño y extorsión.

En 1965, Tokio y Seúl firmaron el Tratado de Normalización, donde los asuntos económicos eran lo prioritario; pero el conflicto emocional seguía latente.

En 1991, Kim Hak-Sun, una de las mujeres que sobrevivieron a la explotación sexual, presentó la primera demanda judicial, siendo la primera víctima en hablar de su experiencia.

En 1993, Japón admitió haber reclutado bajo coerción a las mujeres coreanas. Declaraciones previas indicaban que estas mujeres se dedicaban a la prostitución voluntariamente.

En 2015 Japón y Corea firmaron un tratado con tres objetivos a cumplir: las disculpas oficiales de Japón, la donación de mil millones de yenes a una fundación surcoreana para el beneficio de estas mujeres y la retirada de la estatua en recuerdo de las mujeres confort levantada frente a la embajada de Japón en Seúl.

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