A las kumaris se las admira en la comunidad Newar, son diosas vivientes. Se cree que tienen poderes para predecir el futuro y curar enfermos, cumplir deseos y conceder bendiciones de protección y prosperidad. kumari significa niña virgen en nepalí.

La tradición se remonta por lo menos al siglo X. Su supuesta conexión con lo divino y su habilidad para predecir el futuro eran de un interés particular para los gobernantes de Asia.

Entre los budistas newar, las Kumari se consideran la personificación de Vajeadevi, la deidad femenina suprema, una Buda.

En la actualidad solo hay 10 kumaris en Nepal, nueve de ellas en el valle de Katmandú. Ser escogida para el puesto se considera el honor más alto. Todos sus ancestros deben venir de una casta alta.

Las kumaris se visten con el cabello recogido en un chongo, usan líneas gruesas pintadas con delineador alrededor de los ojos y hasta las sienes y, en días de festival, una tika roja pintada en la frente con un agni chakchuu -el tercer ojo, conocido como el ojo de fuego- de plata mirando desde el centro.

Una habitación de la casa debe destinarse a la puja, u oración, con un trono donde la diosa pueda recibir a los devotos. Cada mañana, la familia debe hacer rituales ante ella. No puede salir, salvo durante los festivales, cuando alguien tiene que cargarla en brazos o en un palanquín, para que sus pies no toquen el suelo. Es destituida cuando llega su primera menstruación.

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