Dunas cantoras, o también rugientes, silbantes o musicantes, es el nombre con el que se conocen algunas dunas de arena, en el desierto o en playas, que emiten un sonido o ruido cuando los granos de arena que las componen entran en resonancia, que en casos muy destacados se llama canto de las dunas.

El sonido que se emite comúnmente tiene una frecuencia de 450 Hz. Hay diversas teorías sobre el mecanismo subyacente. Una de ellas afirma que se produce cuando una avalancha de arena (provocada de forma natural por el viento que pasa sobre las dunas o artificialmente por el caminar de personas o animales) se dispara en la cara más empinada de la duna (llamado por ello frente de avalancha).

Se han identificado en todo el mundo una treintena de dunas cantoras, sobre todo en China y en Estados Unidos, aunque también en el Sáhara. Todas las dunas de una misma región no están sujetos a este fenómeno.

Marco Polo ya mencionó en sus escritos este fenómeno, inquietante para unos, maravilloso para otros: «las dunas que cantan a veces llenan el aire con los sonidos de toda suerte de instrumentos musicales, y también con el ruido de tambores y de choque de las armas».

Para los beduinos, el ruido revela la presencia de djinns, espíritus que vagan por el desierto, fenómeno contado en la novela «La Peur» de Guy de Maupassant.

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