«Caminar por el tablón» era un método de ejecución utilizado entre los piratas. El método, según se describe, consistía en forzar a la víctima a caminar sobre un tablón que se extendía desde un costado del buque, para de esta manera caer en el mar.

Dependiendo de la tripulación se lanzaba carnaza al agua para atraer a los escualos con la intención de que devorasen vivo a la víctima o se le ataba una bala de cañón para que se hundiera rápidamente en las profundidades.

A pesar de que esta práctica se haya convertido en uno de los “clichés piratas” más recurrentes no debió ser una práctica comúnmente utilizada. Esto es debido a que la intención primera de los piratas era eliminar de un modo eficaz y rápido a su objetivo, por lo que no tenían intención de perder el tiempo elaborando un castigo especialmente ingenioso y que implicara a su vez una tortura psicológica para el sentenciado.

A pesar de la rareza de esta práctica en la realidad, el caminar por el tablón se introdujo en el mito y el folclore popular a través de representaciones en la literatura popular.

El clásico de Robert Louis Stevenson, La isla del tesoro, de 1884, por ejemplo, contiene al menos tres menciones a esta práctica, incluyendo al principio, cuando Billy Bones le cuenta a Jim Hawkins historias escalofriantes sobre esta materia.

Se dice también que el pirata John Derdrake, activo en el Báltico a finales del siglo XVIII, ahogaba a todas sus víctimas obligándolas a "caminar por el tablón".

Más información: piratasenelatlantico.wordpress.com