La Simonía se define como la compra o venta de cosas espirituales. La Iglesia la considera un pecado.

Tiene su origen en un pasaje de la Biblia, exactamente en Hechos 8, 9-24 (según la Biblia católica "El Pueblo de Dios").

Allí, se relata que en la ciudad de Samaria vive un hombre llamado Simón que practicaba la magia y era admirado por grandes y chicos. Decían de él : "Este hombre es la Fuerza de Dios, esa que es llamada Grande".

Pero al llegar Felipe a la ciudad, comenzó a predicar "La Buena Noticia del Reino de Dios", entonces, los habitantes se hicieron bautizar. Al enterarse Simón, también se hizo bautizar y comenzó seguir a Felipe a todos lados, se asombraba de los prodigios que realizaba en nombre de Jesucristo.

Cuando los Apóstoles que estaban en Jerusalén se enteran de que los samaritanos habían recibido la Palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan. Al llegar, oraron y les impusieron las manos para que los bautizados recibieran el Espíritu Santo.

Al ver esto, Simón les ofreció dinero diciéndoles: "Les ruego que me den ese poder a mí también, para que aquel a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo". Pedro le respondió: "Maldito sea tu dinero y tú mismo, porque has creído que el don de Dios se compra con dinero. Tú no tendrás ninguna participación en ese poder, porque tu corazón no es recto a los ojos de Dios. Arrepiéntete de tu maldad y ora al Señor, que quizás él te perdone este mal deseo de tu corazón".

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