Onírico procede de un vocablo griego que puede traducirse como “ensueño”. Se trata de un adjetivo que se emplea para nombrar a lo que está vinculado al mundo de los sueños. Por ejemplo: “Ya he leído suficiente esta noche: voy a entregarme al universo onírico”, “Siempre anoto mis sueños así llevo un registro de mi actividad onírica”, “Tuve una premonición onírica y jugué a la lotería… pero mi número no salió sorteado”.

Más allá de lo que específicamente transcurre durante un sueño, la noción de onírico también se utiliza para calificar a aquello que parece irreal (y, por lo tanto, que podría formar parte de una ensoñación): “El sol poniéndose en el mar y los delfines jugando en el agua crearon un paisaje onírico”, “Al salir con el niño en brazos de la casa en llamas y levantar su pulgar.

El onirismo, por otra parte, es un trastorno de la conciencia que lleva a una persona a perder su ubicación en el plano real, confundiendo fantasías similares a las oníricas con la realidad. En estos casos, el sujeto tiene alucinaciones que parecen propias del plano onírico y que lo llevan a mezclar la imaginación con lo real.

Cuando la alucinación visual es acompañada por otros trastornos sensoriales (como escuchar sonidos que no existen), se habla de un delirio onírico. Esto puede producirse por diversas causas, desde el uso de drogas hasta agotamiento, pasando por fiebre elevada o una infección.

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