El sufijo «ez» que encontramos en muchos apellidos españoles, como González, Pérez o Fernández significa «hijo de». Así pues, González, significa literalmente «hijo de Gonzalo».

Este mismo fenómeno lo encontramos en otros países. Así por ejemplo, en los apellidos ingleses aparece la partícula son (‘hijo’): Harrison, Morrison…; en los escoceses, 'Mac' o 'Mc' y en los irlandeses, 'O';

Los apellidos fueron naciendo a medida que los grupos sociales iban creciendo y sin someterse a normas fijas. Su uso empezó a generalizarse en la mayoría de los países a partir del siglo XII, aunque ya antes del siglo VII a. C., algunos griegos, hebreos e indios usaban ciertos nombres en forma semejante a la de los apellidos actuales.

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