Según la RAE draconiano tiene dos acepciones; la primera es, dicho de una ley o de una medida, que esta es excesivamente severa. La segunda nos dice que algo draconiano es aquello perteneciente o relativo a Dracón, legislador de Atenas.

El origen de esta palabra nos lleva al siglo VII a.C. Dracón de Tesalia tenía la tarea de recopilar todas las leyes griegas que se aplicaban en Atenas y que no estaban escritas, que sencillamente venían de la tradición oral.

Los hombres poderosos que aplicaban justicia, al no estar las leyes consignadas ni descritas en detalle en ningún lado, tenían fácil la arbitrariedad.

De aquí al uso partidista, abusivo de las leyes y por lo tanto de aquí a la injusticia, había un paso. Así, la labor de Dracón no era ni fácil ni mucho menos inútil.

Dracón, además de recopilar las leyes y ponerlas por escrito, impuso una serie de penas extremas como castigo para cada uno de los delitos. En muchos casos, la pena de muerte era el resultado.

El código penal de Dracón de Tesalia se decía que no había escrito con tinta, sino con sangre. Por su severidad. La condena a muerte era la consecuencia común en muchos casos.

Según la lógica del Dracón, los delitos leves merecían la pena máxima. Lo mayores merecerían por tanto una pena aún más dura, pero no la encontraba. Otro ejemplo común para ilustrar cómo era el código de leyes draconiano es el caso de los deudores de dinero. Estos, al impagar sus deudas, pasaban a ser esclavos.

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