Las glándulas parótidas son dos glándulas salivales, situadas cada una justo delante de la oreja. Son las más grandes de las glándulas salivales. Cada glándula secreta saliva en la boca a través de un canal detrás de los dientes superiores llamado canal de Stensen.

Las otras glándulas salivales importantes son las glándulas sublinguales y submandibulares. Todas ellas se complementan con muchas glándulas más pequeñas en la boca.

La saliva producida ayuda a masticar y tragar. La falta de saliva puede causar resequedad en la boca, lo que dificulta la ingesta de alimentos. La saliva también sirve como lubricante para ayudar a prevenir el daño a las membranas mucosas blandas de la boca, reduciendo el riesgo de lesiones e infecciones dolorosas.

Se puede hacer la prueba de estimular las glándulas parótidas vertiendo un chorro de jugo de limón en la boca. El jugo liberará saliva de las glándulas, indicando que están en buenas condiciones. Los médicos a veces utilizan este examen para verificar el funcionamiento de las glándulas salivales, cuando sospechan que un paciente puede tener inflamación u obstrucción.

Las enfermedades más comunes que afectan a las glándulas parótidas son: parotiditis (las paperas), que es una infección contagiosa; sialolitiasis, que consiste en la formación de una masa calcificada (un cálculo) en el canal de una glándula salival; y neoplasia (tumor), ante la cual, benigna o no, suele recomendarse la extirpación de la glándula (parotidectomía).

Más información: manualsalud.com