Las Médulas, situadas en la provincia de León, en el Noroeste de España, fueron la mayor mina a cielo abierto del Imperio Romano. Dedicada a la extracción de oro, empezó su actividad en el siglo I y finalizó en el año 210, coincidiendo con la decadencia del imperio y la escasez de mineral. Las obras de ingeniería para la canalización del agua y los movimientos de tierra realizados cambiaron por completo el entorno paisajístico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997.

El laberinto de pirámides de arcilla rojiza y cantos surcados por una red de cuevas derruidas, que forman el paisaje actual, es el resultado de la explotación aurífera realizada mediante la técnica de "ruina montium", que removió cerca de 500 millones de toneladas para obtener casi mil de oro.

Se calcula que en los trabajos participaron unos 11.000 lugareños, posibles esclavos, además de los soldados encargados de su vigilancia. Para alimentarlos se plantaron miles de castaños.

La técnica citada necesita gran cantidad de agua como agente movilizador, se traía desde las montañas próximas y se introducía a presión por galerías excavadas en la roca, lo que provocó el derrumbamiento paulatino de la montaña, quedando como restos las vistosas pirámides y pináculos actuales.

El agua mezclada con tierra aurífera era canalizada y según perdía velocidad se iban depositando los fragmentos más gruesos y se recogían las partículas auríferas sobre matorrales dispuestos sobre el fondo para tal fin.

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