El Castillo de Chambord es el símbolo del poderío del rey Francisco I, quien hizo de este pabellón de caza uno de los más bellos castillos del Renacimiento.

El rey Francisco I dispuso su construcción en 1519 sobre tierras pantanosas, a orillas del río Cosson y en el centro de un bosque rico en caza.

El castillo está construido en base al modelo de las fortalezas medievales, con un edificio central de planta cuadrada, el donjon, provisto de cuatro torres de esquina.

Dentro de este, encontramos cinco niveles habitables construidos en base al mismo modelo: cuatro apartamentos cuadrangulares y cuatro apartamentos en las torres redondas por nivel.

La escalera doble se encuentra en el centro del edificio. Esta da acceso a la primera planta (aposentos históricos), a la segunda planta (dedicada a la temática de la caza y a la animalística) y a la gran terraza, coronada por la torre-linterna y la flor de lis, símbolo de la monarquía francesa.

Se trata de una curiosidad arquitectónica que ha contribuido a la fama de Chambord. El principio es a la vez sencillo y sorprendente: dos escaleras que giran en el mismo sentido pero que nunca se cruzan.

Tiene un muro de 32 km de largo que encierra una superficie de unas 5 440 hectáreas (el equivalente a la superficie de la ciudad de París intramuros) y comprende seis puertas de acceso; 200 hectáreas de tierras agrícolas; un pueblo que se extiende a lo largo de 15 hectáreas y 160 hectáreas de prados para los animales de caza.

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