Independientemente de las tradiciones de muchas religiones, en la Biblia solo hay dos capítulos que muestran de manera clara y directa los requisitos para ser nombrados obispos Cristianos y se encuentran en la primera carta de Pablo a Timoteo, y en la carta de Pablo a Tito.

En la segunda carta a Timoteo, cap. 3 desde el vers. 2 al 5, entre las diversas características indispensables encontramos: "el obispo debe ser irreprensible, casado una sola vez... Debe saber manejar bien a su familia y tener hijos sumisos con toda dignidad, porque si uno no sabe manejar a su familia, ¿cómo se puede cuidar de la Iglesia de Dios?" (Edición de la Biblia católica CEI).

Mientras que en la carta a Tito, en el cap. 1, los vers. 6 y 7 explican: "el candidato debe ser irreprensible, casado una sola vez, con hijos creyentes y que no pueda ser acusado de libertinaje ni de insubordinado" (Biblia católica CEI).

En las comunidades cristianas de los primeros siglos de nuestra era no se contempla ni bíblica ni tradicionalmente la obligación de soltería. Existen opiniones contradictorias y muchos debates respecto del comienzo del celibato clerical en la Iglesia. Jesús y el apóstol Pablo mencionaron la posibilidad de permanecer célibes pero nunca en relación al sacerdocio. Aclaran eso las palabras de Pablo en la Primera carta a los Corintios, cap. 7 vers. 38 sobre la virginidad: "Así que, el que la da en casamiento, bien hace; y el que no la da en casamiento, hace mejor. (Biblia Reina Valera)

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