El London Bridge o Puente de Londres. El que conocemos no es el original. El primer puente en ese lugar lo construyeron los romanos hace 2.000 años. En el siglo XII se hizo otro, que estuvo en pie hasta 1831, cuando se inauguró uno de granito con cinco arcos, 283 m de largo y 16 m de ancho, diseñado por el ingeniero escocés John Rennie. Con el paso del tiempo y el tráfico, el puente se fue hundiendo, así que fue desmontado piedra a piedra y reemplazado por uno similar, que es el que se puede ver hoy sobre el Támesis. Para sufragar las obras, el alcalde de la ciudad decidió subastar el viejo. Lo compró el empresario estadounidense Robert McCulloch por 2,5 millones de dólares y trasladó las 10.246 piezas hasta la Lake Havasu City, en Arizona, donde fue inaugurado en 1971.

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