Heinrich Heine (1797-1856) poeta prusiano. De origen judío, estudió literatura, derecho y filosofía en Bonn y Berlín; entre sus profesores y amistades se contaron Hegel y August Schlegel.

De 1822 datan sus primeras composiciones líricas, claramente influidas por Lord Byron y Friedrich de la Motte Fouqué. Heine es considerado el último poeta del Romanticismo y al mismo tiempo su enterrador.

En 1827 vio la luz Libro de canciones, fuente de inspiración de compositores como Schumann, Schubert y Brahms. Su radicalismo y sus cínicos ataques a la Academia alemana le indujeron a trasladarse a París (1831), donde conoció a personajes de la talla de Victor Hugo, Alfred de Musset o George Sand.

En 1835 fueron prohibidas todas sus obras en Alemania, país al que dedicó los versos satíricos de Alemania, un cuento de invierno (1844).

De toda su obra poética, es el Intermezzo lírico el que conquistó a los lectores, el que lo convirtió en el poeta más leído, más recitado y más cantado de Alemania, pues sus textos fueron fuente de inspiración para los lieder de los más ilustres músicos.

El Intermezzo lírico, con sus poemas de amor y de desamor, su atmósfera melancólica y dolorida, realista a ratos, fantasiosa otros, sus alegrías y sus penas, sus juramentos y sus traiciones, sus sueños y sus tumbas, alimenta desde hace dos siglos los sentimientos juveniles y, pese a las diferencias entre el mundo que retrata y el actual, sigue tocando cuerdas sensibles y despertando emociones.

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