Georges-Pierre Seurat (1859-1891) fue el fundador del llamado neo-impresionismo o puntillismo, que lleva la ciencia a la pintura mediante el estudio del color. El artista teorizó sobre la aplicación científica del color, que como cualquier otra ley natural, podría llevarse a la pintura.

Con 15 años Seurat ingresa en su escuela municipal de dibujo, y después ingresa en la Escuela de Bellas Artes de París. Sin embargo todavía no destaca por su talento artístico, por lo que decide hacer algo nuevo, basado en el impresionismo. Es así como nace el puntillismo, que como su nombre indica, es la ubicación armónica de puntos de colores para que el ojo humano ordene la escena en la retina.

Otros artistas contemporáneos como Signac tomarán de Seurat esta técnica, que a la larga desencadenaría movimientos de vanguardia como el fauvismo. En su época, su obra no fue entendida por el público ni por los críticos, que con continuas burlas evitaron que su obra fuese comprada por coleccionistas.

Temáticamente se mostró siempre interesado por la vida moderna parisina, con sus monumentos, la Torre Eiffel, sus paisajes, la isla de la Grande Jatte, y sus gentes. En todos ellos aplicó la técnica del puntillismo.

Entre sus obras más destacadas sobresalen: "Baño en Asnières"; "Una tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte", su obra maestra; "La torre Eiffel"; "Periferia"

y "El circo", su último trabajo que quedó incompleto.

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