¡Qué verde era mi valle!, es una película estadounidense dirigida por John Ford, un drama costumbrista que resultó el gran triunfador del año 1941.

Se mezcla la vida familiar pero también la de la comunidad, la mirada sobre conflictos religiosos y políticos.

La familia Morgan está integrada por un padre duro de esos que respetan las tradiciones, cinco hijos varones, una madre protectora, y una hija que se debate entre aquello que se exige y su propio deseo.

Todos sostenidos por los ingresos del duro trabajo en la mina.

Ford era un director visualmente virtuoso, y su uso de la profundidad de campo se vuelve aquí impactante: ese valle de casas bajas y clase trabajadora, asediado en el fondo por las chimeneas y el humo negro que emerge de las minas.

El retrato que hace Ford, se debate entre lo naturalista y lo bucólico, con esas largas hileras de hombres cantando y marchando al trabajo, mientras las mujeres esperan y observan en la puerta del hogar.

Todo un mundo popular, de tradiciones fuertes, que representa con la fuerza de la imagen cinematográfica.

Hacia adentro, en el hogar, las discusiones familiares que distancian a hijos de padres, lo religioso, los vínculos laborales, la necesidad de unión de los trabajadores y el horror del padre ante sus hijos hablando de “socialismo”.

En 1990, la película fue seleccionada en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos de la Biblioteca del Congreso como "cultural, histórica o estéticamente significativa".

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