Los sicofantas o sicofantes era denunciantes profesionales que obtenían alguna ganancia de la persona denunciada, ya que éste, para no ir a juicio, terminaba pagándoles

Eran plaga muy temida por los ciudadanos buenos y honrados, siempre asustados de caer en la deshonra por una denuncia falsa.

La palabra viene del griego "sykon", higo, y de "phainô", descubrir. El término remite a los delatores que denunciaban a los que sacaban a escondidas de Atenas las cosechas de higos, bien preciado por la ciudadanía y el fisco.

A falta de ministerio público en Atenas, donde era deber de todo ciudadano denunciar los crímenes o delitos de que llegaran a tener conocimiento, ejercer esta función judicial ciudadana era bien visto y valorado en pro de la moral y la seguridad ciudadanas.

Pero estas personas se abusaban de ello, ya que con sus acusaciones falsas contra ciudadanos honestos se procuraban ingresos. Con amenaza de calumniarlos lograban doblegar a ciudadanos honestos, pero temerosos.

El sicofante que tuviese éxito, recibía parte de la multa pagada por el convicto. Si se descubría que la acusación era sin fundamento, se los sancionaba con multas y privación de los derechos cívicos.

Casi siempre eran los ricos quienes vivían con el temor de ser denunciados, y a tal punto, que temían hacer vida pública o salir a las calles para no dar lugar a la falsa denuncia. Entre más honestos, más temían los ciudadanos el accionar de los sicofantes.

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