La fiebre hemorrágica argentina (FHA), también denominada mal de los rastrojos​ o mal de Junín, es una enfermedad viral zoonótica, que produce una fiebre hemorrágica viral, endémica en Argentina.

Es causada por el virus Junín, transmitido por medio de una especie de roedor, la laucha del maíz o ratón maicero, que es su vector natural.

Pueden llegar a ser mortales y están causadas por virus pertenecientes a diferentes familias: arenavirus, filovirus, bunyavirus, togavirus y flavivirus.

Los humanos se infectan cuando entran en contacto con los animales infectados, cuando les pica un mosquito o garrapata o por contacto con secreciones o excreciones de roedores infectados.

Puede producirse la transmisión entre personas, por contacto con fluidos infectados, pero sólo en el caso de Ébola y Marburg (filovirus), Lassa (arenavirus) y Crimea-Congo (bunyavirus).

Tras la picadura de garrapata, la fase de incubación es de 1 a 3 días, con un máximo de 9. El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es algo mayor, de 5 o 6 días, con un máximo documentado de 13.

Los síntomas comienzan de manera súbita, en forma de fiebre, dolor muscular, mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia.

Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión.

La terapia efectiva consiste en la trasfusión de plasma proveniente de pacientes recuperados.

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