El castillo de Bran (en rumano: Castelul Bran) o Castillo de Drácula, es una fortaleza medieval localizada en la actual Rumania, que goza de gran atractivo turístico por la creencia popular de que era la antigua residencia de Vlad Țepeș el Empalador.

Situado cerca de Braşov en Transilvania, es un monumento nacional y uno de los puntos clave del turismo rumano por su antigüedad, por valor arquitectónico y por su vínculo con el personaje ficticio del conde Drácula. Se sostiene que el personaje histórico en el que se inspiró Stoker, Vlad Țepeș (Vlad III Drăculea), jamás vivió en este castillo y que su verdadera fortaleza fue el castillo de Poenari, hoy parcialmente en ruinas.

Solo fue habitado permanentemente durante las décadas de 1920 y 1930, cuando sirvió de residencia veraniega a la reina María de Rumanía.

La fortaleza está ubicada en la frontera entre Transilvania y Valaquia, la estructura actual fue erguida por órdenes del rey Luis I de Hungría en 1377, para cumplir una función comercial y defensiva contra el voivoda de Valaquia.

No hay evidencias de que Vlad viviera allí en persona y, según la mayoría de versiones, el Empalador pasó solo dos días en el castillo, encerrado en una mazmorra, en su camino a la prisión de Budapest, cuando la región estaba ocupada por el Imperio otomano.

El Tratado de Trianon, cedió la región de Transilvania al Reino de Rumania, y con esto, el castillo de Bran pasó a pertenecer a la administración rumana.

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