La emperatriz Catalina I (Marta Skavrónskaya) nació en Letonia en 1684, cuando era una provincia de Suecia, se cree que era una campesina polaca. Fue la segunda esposa de Pedro el Grande y zarina —oficialmente, emperatriz— del Imperio ruso de 1725 hasta 1727 cuando murió su esposo.

Existen dos versiones de su aparición de en el palacio del zar ruso Pedro I. La primera asegura que Marta fue el “botín de guerra” del mariscal de campo ruso Borís Sheremétev, quien lo habría obtenido tras conquistar la fortaleza de Marienburg en 1702 durante la guerra contra Suecia. La muchacha era sirvienta del pastor luterano Ernest Gluck y viuda de un soldado sueco. Unos meses más tarde Marta le gustó a Alexandr Ménshikov, amigo y cortesano de Pedro I, quien arrebató el botín a Sheremétev. En 1703 el propio zar conoció a Marta en la casa de Ménshikov y convirtió a la bella campesina en su amante.

Según la segunda versión, sus padres, siervos fugitivos, murieron de peste y la huérfana sirvió de criada en la casa del pastor Gluck. Este se trasladó a Moscú y se desempeñó como traductor del mariscal de campo Sheremétev. Más tarde Marta se convirtió en la amante de Ménshikov y luego terminó en el palacio del emperador Pedro I.

Pedro I se casó oficialmente con Catalina en 1712. Marta se convirtió a la fe cristiana ortodoxa, aprendió a leer y escribir en ruso y tomó el nombre de Catalina.

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