Una almohada​ es una pieza mullida en la que se apoya la cabeza durante el sueño. Su objeto es mantener recta la columna vertebral rellenando la concavidad del cuello para relajar la nuca, y ayudar a conseguir un sueño agradable.

Su nombre proviene del árabe andalusí مخدة mujadda, con adición del artículo determinado al-, esto es: المخدة al-mujadda, que viene del árabe estándar mijadda: almohadón o cojín. La raíz de esta palabra es jadd (mejilla), así que se relaciona semánticamente con el hecho de apoyar la mejilla o descansar de lado. Su llegada al mundo occidental viene de los grupos provenientes de Oriente y del Norte de África (árabes, sirios y bereberes) de religión musulmana, al mando de Tarik, que derrotaron al rey Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Y así empezó la dominación árabe en la Península Ibérica.

Las almohadas, al principio, fueron usadas por la clase alta, y han sido encontradas en tumbas del Egipto Antiguo.

La dificultad de tintes sofisticados y técnicas de costura conduce al desarrollo de estas como una forma de arte, con modelos sumamente decorados originarios de China, los cuales llegaron siglos después a la Europa Medieval. Con la Revolución industrial llegó la fabricación en serie de piezas textiles decoradas, que acabaron por extenderse a este rubro. Las almohadas tradicionales chinas son cajas hechas con materiales duros como piedra, madera, metal o porcelana en vez de rellenas de tela.

Más información: es.wikipedia.org