En los meses finales de la contienda, el régimen de Hitler intentó en diversas ocasiones firmar acuerdos separados con las potencias occidentales. La intención de los generales alemanes era rendirse ante las tropas anglo-estadounidenses, pero continuar la guerra con la Unión Soviética. Los aliados, por su parte, no concordaron con las propuestas alemanas.

El 7 de mayo de 1945, en la ciudad francesa de Reims, se firmó el acta de rendición de Alemania. Pese a que el texto del documento firmado en Francia era diferente al acordado anteriormente entre los aliados, los países occidentales consideraron la guerra terminada.

Estados Unidos y Gran Bretaña propusieron entonces que los líderes de las tres potencias aliadas anunciasen oficialmente la victoria sobre Alemania el 8 de mayo. El Gobierno soviético, por su parte, no estuvo de acuerdo con la decisión y requirió la firma de otra acta oficial de entrega incondicional de la Alemania nazi, ya que la confrontación en el frente soviético-alemán todavía no había cesado.

Además, Iósif Stalin, líder de la URSS, calificó la firma del acta como un momento histórico crucial, el cual debería ser celebrado no en el territorio de los vencedores, sino en el país responsable de la violencia fascista.

Los aliados acordaron, entonces, realizar la ceremonia para firmar por segunda vez el histórico documento en Berlín. El acta fue firmada a las 22:43 (hora central europea) del 8 de mayo, o sea, a las 00:43 del 9 de mayo, en Moscú.

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