Se conoce como imán a un cuerpo de cualquier material capaz de producir un campo magnético y atraer hacia sí o ser atraído hacia otro imán o hacia cualquier otro cuerpo de hierro, cobalto u otros metales ferromagnéticos. Es un material con propiedades ferromagnéticas naturales o artificiales, que generan un campo magnético continuo.

Los imanes son cuerpos que generan un campo magnético a su alrededor orientado en base a dos polos: negativo (Sur) y positivo (Norte). Estos polos se atraen con sus opuestos (positivo-negativo) pero repelen a sus iguales (positivo-positivo o negativo-negativo). La línea que junta ambos polos se llama eje magnético.

Históricamente, los imanes han sido utilizados en una variedad de aplicaciones, desde brújulas magnéticas en la navegación hasta motores eléctricos y dispositivos de almacenamiento de datos modernos.

La comprensión de los principios magnéticos ha sido esencial en el desarrollo de la tecnología contemporánea y sigue siendo una área de investigación activa en la física y la ingeniería.

Las descripciones más antiguas que conocemos de las propiedades de los imanes proceden del antiguo Egipto y de las antiguas Grecia, India y China.​ En 585 a. C. Tales de Mileto describía que la magnetita atraía el hierro pero pensaba que la causa era que tenía "alma".

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