¿Qué nombre se originó en el arte alemán para describir dibujos y bocetos baratos, cursi o trillados?
Kitsch es lo que comúnmente y por extensión llamamos “mal gusto”. Pero en realidad es un término que desde su confusa etimología hace referencia a las cosas falsas o de mala calidad.
El kitsch no es subjetivo porque hay cualidades objetivas (que tienen las cosas en general y el arte en particular) que nos permiten determinar si algo es kitsch o es de calidad. Si algo es valioso o es vulgar, “barato”, intrascendente.
Aunque su etimología es incierta, está ampliamente aceptado que la palabra se originó en el arte de la ciudad de Múnich (Alemania) entre los años 1860 y 1870, para describir dibujos y bocetos baratos o fácilmente comercializables.
Fue definido en el campo de la estética en los años treinta por Hermann Broch, Walter Benjamin, Theodor Adorno y Clement Greenberg.
El término procede del alemán meridional (kitschen significa ‘hacer una chapuza’, también). El kitsch apelaba a un gusto vulgar de la nueva y adinerada burguesía de Múnich que pensaba, como muchos nuevos ricos que podía alcanzar el estatus que envidiaban de las élites copiando simplemente las características más evidentes de sus hábitos culturales.
Algunos artistas de esta época retomaron los elementos del kitsch en sus obras, como los artistas franceses Pierre et Gilles, célebres por sus representaciones ridículas que se alimentan con la imaginería religiosa, el arte pop, el homoerotismo, creando una fuerte identidad propia, o el artista canadiense-mexicano Alan Glass, con sus cajas de arte objeto.
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