El peltre es una aleación, menos cara que la plata pero igualmente bonito y sugestivo, se piensa que fue utilizado por primera vez en la Edad del Bronce (3500 a.C-1200 d.C).

Se trata de una aleación de estaño (con una participación de entre 74 y 89%), plomo (entre 0 y 20%), cobre (entre 0 y 3,5%) y antimonio (entre 0 y 7,6%). Otra aleación de uso muy extendido por sus propiedades es el bronce que está formado principalmente por cobre, con una pequeña cantidad de estaño. Expertos de metalurgia creen que el peltre podría haberse inventado por casualidad al mezclarse en proporciones erróneas estos metales.

El peltre ha sido utilizado en los últimos tres mil años para la realización de todo tipo de elementos, fundamentalmente vajillas, jarros, cubiertos, adornos, etc., encontrándose registros de ello tanto en la Biblia como en textos del antiguo Egipto y del Imperio Romano.

El comercio del estaño se remonta a los tiempos de los Fenicios y de los Romanos. De hecho, se considera que las grandes disponibilidades de materias primas para el peltre (fundamentalmente el estaño) en Cornualles haya sido la razón que motivó a César a invadir la Gran Bretaña.

El estaño -principal componente del peltre- es hoy el cuarto metal más precioso, después del platino, del oro y de la plata, y durante muchos siglos se lo ha considerado como buena opción alternativa a la plata.

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