El culto a la diosa celta Epona o Épona, puede explicarse gracias a que a esta deidad se le asigna el rol de proteger a los caballos, además de esto se le relaciona con el don de la fertilidad, se le llama también diosa de la tierra.

Es así como la mitología celta nos presenta a Epona o Épona una diosa bastante popular cuya representación física en algunas ocasiones corresponde a una mujer sentada en el lomo de un caballo y en otras equivale a una espectacular y hermosa ninfa acuática.

Contrario a lo que ocurre con otras diosas celtas, el origen de Epona no resulta del todo claro, sin embargo una historia asegura que sus padres eran un hombre común que se distinguía por odiar a las mujeres y una yegua con rasgos divinos quien fue la encargada de asignar el nombre a su hija.

Puesto que el pueblo celta estableció una relación demasiado estrecha con el caballo gracias a que en parte este animal facilitó bastante su expansión, esta divinidad goza de especial cariño y despierta la necesidad de variados ritos y sacrificios en su honor.

De acuerdo a la ley de correspondencias de los dioses celtas el día sábado es el mejor momento para solicitar la intervención de esta diosa en situaciones que van desde limpiar el entorno de energías negativas hasta proteger los cultivos al igual que a los marineros, mineros y peregrinos.

Algunos señalan que también actúa como guía para las almas y que tiene manifestaciones negativas al suministrar justicia infernal.

Más información: es.m.wikipedia.org