La apiterapia es una terapia alternativa basada en elementos provenientes de las colmenas de las abejas para prevenir y curar diversas enfermedades. Se utilizan elementos como: miel, jalea real, pan de abeja, cera, propóleos, veneno de abeja, larvas de zángano, abejas enteras, aire de la colmena o el polen.

A estos componentes, así como a componentes del veneno de las abejas, se les atribuyen propiedades para acelerar la cura de enfermedades estimulando las defensas del organismo y mejorando a su vez el estado de ánimo. Pero sus supuestos beneficios médicos no están respaldados por evidencia científica.

El origen de la apiterapia puede ser rastreado a referencias de las propiedades médicas de los productos de abejas en las prácticas de medicina tradicional china, coreana, rusa, egipcia y griega.​ Y pareciera que formas de esta han sido practicadas desde los tiempos de Hipócrates y Galeno.​ Aunque cabe destacar que las prácticas descritas se refieren sobre todo al uso y consumo de los productos de las abejas y no al uso del veneno de abeja.

El estudio la apiterapia moderna, específicamente el uso terapéutico del veneno de abeja, fue iniciado por el médico austriaco Philip Terc, en 1888. Su más reciente popularidad en el ámbito de la medicina alternativa se atribuye al médico húngaro Bodog F. Beck, quien acuñó el término "apiterapia" en 1935,​ y al apicultor estadounidense Charles Mraz (1905-1999) quien lo promovió en la segunda mitad del siglo XX.

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