En el esquí se usan dos bastones que sirven para tener una buena percepción del terreno, lo que permite al esquiador poder posicionarse correctamente. También dan equilibrio y ritmo además de ser muy útiles para impulsarse y para otros usos auxiliares.

Los bastones de esquí modernos suelen ser de aluminio y fibra de carbono, aunque todavía se utilizan materiales como el bambú.

El primer bastón de esquí se encontró en Suecia y data del año 3623 a.C., mientras que la primera representación de un hombre con un bastón de esquí se encontró en Noruega en una pintura rupestre fechada en el año 4000 a.C.

Los primeros esquiadores utilizaban este bastón para equilibrar, frenar y girar. Las sociedades alpinas, como las de las regiones nórdicas o las de las montañas de Altái, utilizaban los bastones de esquí también para cazar, lo que les confería cualidades similares a las de las lanzas.

Los esquiadores empezaron a utilizar dos bastones de esquí en 1741, lo que les proporcionaba un mayor equilibrio que el de un solo bastón y les facilitaba el empuje en la nieve.

El origen del esquí es un tema polémico: algunos historiadores sostienen que se dio en Escandinavia y el noroeste de Rusia, mientras otros afirman que fue en la región de los Altái.

El esquí se popularizó y creció a partir de 1900. Para los europeos, aprendido de sus vecinos noruegos, servía sobre todo para disfrutar.

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