Salvador Dalí, pintor surrealista catalán, paseaba un oso hormiguero en esta fotografía; tomada cuando salía de una estación del metro de París. La imagen fue publicada por la revista Paris Match (Nº 1055 del 26 de julio de 1969) y dio la vuelta al mundo.

Se dice que, tras la divulgación de esta fotografía, se puso de moda entre los miembros de la alta sociedad parisina el tener un oso hormiguero como animal de compañía. Esto, debido a la devoción por parte de muchas personas hacia Dalí, un genio del siglo XX al que muchos trataban de imitar.

Y es que Dalí fue famoso, no solo por su obra artística, sino por sus excentricidades. Junto a su mujer, Gala, creó una vida social basada en la idolatría y la exhibición ampulosa.

Dalí también tuvo como compañero un ocelote, felino que adquirió en Colombia en la década de los 60. Se llamaba Babou y el pintor lo llevaba con una cadena de oro a donde iba: a los restaurantes, viajaba con él en barco y compartían suites en los hoteles donde se hospedaba.

Otros grandes creadores de la historia eran amantes de los animales. Los escritores Ernest Hemingway y Julio Cortázar adoraban los gatos. Pablo Picasso mantuvo una relación especial con su perro, llamado Lump. Y la mexicana Frida Kahlo tenía monos, loros, venados, perros y gatos en su Casa Azul de Coyoacán.

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