Las masas fermentadas son aquellas que, como su nombre indica, necesitan un tiempo de fermentación para que se cocinen perfecto. Se utiliza levadura fresca para que la masa pueda aumentar de tamaño. Las preparaciones más comunes que se emplean estos tipos de masa son panes, brioches...y la pizza.

La pizza es un plato salado de origen italiano que consiste en una base de masa de trigo fermentada, generalmente redonda y aplanada, cubierta de tomate, queso y, a menudo, otros ingredientes (como anchoas, champiñones, cebollas, aceitunas, piña, carne, etc.), que se cuece a alta temperatura, tradicionalmente en un horno de leña

Una pizza pequeña se llama a veces «pizzetta». La persona que prepara la pizza recibe el nombre de «pizzero» (pizzaiolo en italiano).

Aunque se considera que su origen está en la gastronomía italiana,​ particularmente la napolitana, su consumo está extendido a casi todos los países del mundo con diversas variantes locales, que incorporan distintos ingredientes para cubrir la masa.

Los antecedentes de la pizza se encuentran en el empleo del pan de trigo en las antiguas culturas de Egipto, Persia, Grecia y Roma. En la época de Darío I el Grande (521-500 a. C.), los soldados persas comían un pan plano con queso fundido y dátiles en la parte superior.

En la Antigua Roma, los soldados consumían un pan plano con aceite de oliva y hierbas, similar a la focaccia.​ Panes planos con agregados similares se encuentran en diversas culturas del Mediterráneo.

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