Los neutrinos son partículas subatómicas con masa menor a la milmillonésima parte de la masa de un átomo de hidrógeno. Se forman en el interior de las estrellas, cuando el hidrógeno se transforma en helio. Apenas reaccionan con la materia, por lo que su presencia resulta casi indetectable.

El lago Baikal, ubicado en la región sur de Siberia, Rusia, es el lugar más apropiado para detectar estas partículas, que podrían suministrar datos de la estructura del espacio y de lo que sucede en las galaxias, por lo que se ha instalado en el fondo de este lago un supertelescopio dentro del programa Telescopio de Neutrinos Subacuático.

Otros detectores de este tipo se han situado en el mar o bajo el hielo de la Antártida, pero en el primer caso hay que usar batiscafos - pequeños vehículos de inmersión profunda -, y en el segundo, perforar grandes profundidades de hielo.

En el lago Baikal, cuya superficie permanece helada durante algunos meses, se puede trabajar sobre el lugar donde se despliegan los detectores y basta con agujerear unos cuantos metros de capa de hielo para llegar al agua. Esta es la razón por la cual es el lugar más apropiado para detectar neutrinos.

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