Dinamarca y Suecia son dos países separados por el mar Báltico, y están unidos por un puente que va desde la capital danesa, Copenhague, hasta la ciudad sueca de Malmö. Pero no se trata de un puente cualquiera, sino de toda una maravilla de la ingeniería, un híbrido que es mitad puente y mitad túnel.

El puente posee uno de los mayores vanos centrales de los puentes atirantados del mundo, con 490 m. El pilar más alto mide 204 m. La longitud total del puente es de 7845 m, que corresponden aproximadamente a la mitad de la distancia entre las costas de Suecia y Dinamarca, y su peso es de 82 000 t.

El puente tiene una altura libre de 57 metros. Los 49 tableros que constituyen la totalidad de los vanos de aproximación al puente atirantado fueron construidos en Puerto Real, Cádiz (España).

El proyecto comenzó en 1991, y se alargó durante nueve años hasta que se abrió al público en el año 2000. Los segmentos del túnel fueron remolcados desde el lugar de fabricación y colocados mediante tecnología GPS, para después ser sumergidos y colocados sobre una base nivelada en el fondo del mar previamente preparado.

Las torres centrales del puente fueron colocadas por la grúa flotante más grande del mundo, y están diseñadas para que el puente no se destruya ni aunque un avión choque con ellas.

El puente lo componen dos tramos conectados por un tercero central atirantado. El vano de este, el espacio entre dos vigas consecutivas, es uno de los más largos del mundo con 490 metros.

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