El filósofo, matemático y físico Blaise Pascal, (19 de junio de 1623 en Francia y ibídem 19 agosto de 1662), realizó importantes aportes a la ciencia. Uno de sus enunciados más famosos se conoce como principio de Pascal y hace referencia a que la presión que ejerce un fluido que está en equilibrio y que no puede comprimirse, alojado en un envase cuyas paredes no se deforman, se transmite con idéntica intensidad en todos los puntos de dicho fluido y hacia cualquier dirección.

La aplicación de esta ley puede observarse en diversos dispositivos que apelan a la energía hidráulica, de acuerdo a lo advertido por Pascal, el agua que ingresa a un recipiente con las características mencionadas, puede ser expulsada por cualquier agujero con misma presión y velocidad. Para trabajar con el mencionado Principio de Pascal se recurre a la fórmula siguiente: P = po + ρ g h

En esta la P es la presión total de recipiente en la profundidad; la h es la altura del recipiente; la po es la presión sobre la superficie libre del fluido; la ρ es la densidad del fluido y la g es la aceleración de la gravedad.

El principio de Pascal es la clave del funcionamiento de las prensas hidráulicas, un tipo de máquina que se toma como base para la creación de frenos, elevadores y otros dispositivos que se utilizan en las industrias. Una prensa hidráulica suele estar formada por un par de cilindros que se mantienen comunicados y que están llenos de aceite o de agua.

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