La acromatopsia, o ceguera total al color, es una enfermedad genética muy rara. Existe una isla, Pingelab en Micronesia, donde sus habitantes sufren este mal con una frecuencia 2.500 veces más que el resto del mundo.

En el año 1775, el tifón Lengkieki fue particularmente devastador, y produjo la muerte del 90% de sus mil habitantes. La hambruna posterior empeoró aún más esa cifra, dejando apenas 20 sobrevivientes en toda la isla. Entre ellos se encontraba el rey hereditario, quien era portador de la condición genética que produce la acromatopsia, la forma más grave de daltonismo.

Los pingelapeses son una etnia particularmente fértil, y como el rey se adjudicó la noble tarea de repoblar la isla con las pocas mujeres sobrevivientes, en pocas décadas la población se recuperaba rápidamente, llegando ya a la centena. Pero la práctica de la endogamia, tuvo sus consecuencias.

La descendencia de personas genéticamente relacionadas, facilita la propagación de problemas genéticos, como el que produce la visión en blanco y negro.

Los primeros bebés con diagnóstico confirmado, nacieron en la década de 1920, y su número creció hasta representar entre el 5 y el 10% de la población actual de la isla, afectando a ambos sexos por igual.

En pingelapés, el idioma de la isla, se utiliza el término maskun para las personas con esta afección, palabra que literalmente significa «no ve». En la actualidad Pingelap tiene cerca de 250 habitantes, y se estima que 1 de cada 3 es portador del gen.

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