"La persistencia de la memoria"​ es un cuadro del pintor español Salvador Dalí pintado en 1931. Realizado mediante la técnica del óleo sobre lienzo, es de estilo surrealista y sus medidas son 24 x 33 cm. Es una de las estrellas del MoMA de Nueva York desde 1934.

Pintado durante un periodo artístico inspirado por el dadaísmo, la obra maestra con relojes derretidos plasma las sensibilidades que definen este género experimental y excéntrico.

Un simple paisaje marino típico del Cadaqués daliniano, con el cabo Creus y su costa escarpada en el que hay una escena insólita: una extraña criatura durmiendo sobre la arena y unos relojes que se derriten sobre ella y sobre otros elementos del cuadro.

"Podéis estar seguros de que los famosos relojes blandos no son otra cosa que el queso Camembert del espacio y del tiempo, que es tierno, extravagante, solitario y paranoico-crítico" afirmó en una ocasión el artista de Figueras.

Otra inspiración fue la teoría de la relatividad de Einstein. Dalí era un enamorado de la ciencia y siguió el trabajo del científico con curiosidad. Al parecer los relojes derritiéndose son un símbolo inconsciente de la relatividad del espacio y el tiempo.

Son relojes muy realistas que siguen marcando la hora. La técnica de Dalí era muy académica y sus cuadros parecen sueños de verdad. Sabía hacer "fotografías de sueños pintadas a mano".

No es el único elemento gastronómico que aparece en su obra, donde abundan los panes, los higos y los huevos.

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