Los "pedos de monja" son hechos con chocolate y son un dulce popular originario de Querétaro, en el centro de México. Se trata de una versión mexicana de un pan barcelonés que creó un italiano.

Estos chocolates fueron creados y registrados en 2009 en la ciudad de Querétaro por El Palacio de Chocolate, una chocolatería artesanal cuya manufactura apuesta por la calidad que los ingredientes locales proporcionan.

Según se cuenta, hay algunas fuentes que refieren su origen a un postre catalán que creó un chef italiano, quien bautizó aquel bizcocho con el nombre de "petto di monja" (pecho de monja), los catalanes pronunciaron "petto" como "pedo" y de ahí se les quedó el nombre.

En una tesis de Christian Javier Baculima Cellán, de origen ecuatoriano, habla de un postre llamado "suspiros de monja", cuya descripción está más ligada al merengue. Estos dulces llevan claras de huevo y azúcar.

En Querétaro, lo que se dice es que el postre original pertenece a la cocina conventual. Eran panes que al hornearse crujían y por ello se les llamó pedos de monja.

Para hacer honor a aquel simpático nombre, los dueños de El Palacio del Chocholate lanzaron y registraron el nombre en un postre que ya no tiene nada de crujiente, ruidoso y menos apestoso y cuyo sugerente slogan genera sonrisas: "Mejor adentro... que afuera".

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