Irán se llamó Persia, desde sus orígenes hasta 1935. Siempre se ha asociado Irán con el poderoso y temido Imperio Persa, que ocupó un inmenso territorio que incluía vastas regiones de África, Asia y Europa entre los siglos VI y IV a.C.

Fue en 1935 cuando Reza Pahlaví, el único monarca que ostentó al mismo tiempo los títulos de sah de Persia y sah de Irán, decidió cambiar el nombre de su país por el de Irán.

La razón que motivó ese cambio fue, que la denominación del nombre Persia, no reflejaba la variedad étnica del país, dado que solo señalaba a los mismos, y estos eran sólo una parte de la población. En realidad, solo un poco más de la mitad de la población de Irán es persa.

Reza Pahlaví, es quien decidió el cambio de nombre. Pero después de la Segunda Guerra Mundial, los aliados lo obligaron a dejar el trono en manos de su hijo Mohammad Reza Pahlaví, que huyó de Irán en 1979, poco antes de que el Ayatolá Jomeini tomara el poder e instaurara la actual República Islámica de Irán.

Cuando se decidió cambiar el nombre de Persia por el de Irán se podían haber tenido en cuenta otras opciones. Por ejemplo, Irán podría haberse llamado Iranestán, como otras naciones cercanas (Afganistán o Tayikistán).

Pero en persa, que es el idioma oficial del país, el sufijo ‘stán’ no hace referencia a todo el territorio, sino solo a algunas de sus provincias, como Lorestán, Kurdistán o Baluchistán.

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