El Illimani con sus 6.462 m.s.n.m., es la segunda mayor montaña de la Cordillera Real. Su nombre proviene de la lengua aymara, que quiere decir "Agua Dorada", por los bellos colores que presenta durante el amanecer y el Alba.

En realidad es un volcán extinguido del tipo estratovolcán. Se considera protectora de La Paz, sede de gobierno y capital político-administrativa de Bolivia.

El Illimani forma parte de la identidad de la ciudad y encierra innumerables leyendas.

Pobladores de la región de Pinaya, cuentan que sus ancestros hablaban de diferentes lugares protegidos en el Illimani, cuyo acceso está restringido y protegido por cíclopes, donde solo algunos elegidos pueden entrar.

En el siglo XVI, los españoles que llegaron hasta estos parajes recibieron la misma impresión: soledad y misterio, cuentan que las puertas estaban abandonadas desde hacía mucho tiempo.

Puertas de hielo inmensas, trabajadas en una sola pieza, en alto y bajo relieve con figuras extrañas, a lo alto el rostro tallado del dios wiracocha, similar al de la puerta del sol, bloques de mármol y piedra labrada formando pilares exquisitos y una ruta desconocida imposible de penetrar, una leyenda cuenta que estas puertas son el ingreso al verdadero reino de los incas, donde sobreviven hasta nuestros días.

Otros cuentan que son chincanas (cuevas) interconectadas entre sí, formando un laberinto interminable donde muchos se pierden en parajes llenos de tesoros, imposibles de sacar.

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